
Hay crímenes diferentes. Crímenes que se cuelan entre la masa de las caras sin nombre, de historias sin escritor. Hay crímenes que dejan huella.
Así me ocurrió con las niñas de Alcáser y ahora, con Marta del Castillo.
Estuve en la manifestación que hubo en Madrid, y, aunque se fue de varas, pude ver a su padre, a su tío, a su abuelo...os aseguro que Cristina (que vino conmigo) y yo estuvios toda la tarde, de la Plaza Mayor a la Puerta del Sol, con lágrimas en los ojos.
Es un crimen que sorprende por los entresijos del caso, por el cambio de declaración...por el misterio. España ya tiene sus culpables pero...fue realmente Miguel quien mató a Marta? Yo tengo otra teoría desde el principio de la investigación, y me sorprende que ésta, que ya se la ha planteado la policía, no esté siendo investigada...¿o la policía está haciendo como con Miguel Carcaño, a quien dejaron en paz y presumiblemente "sin vinculación con el crimen" hasta que reunieron las pruebas suficientes para acusarle formalmente?.
Lo único que parece cierto es que hay 11 personas implicadas (si tenemos en cuenta todas las declaraciones) y un sólo cadáver, que no aparece: el de Marta.
Recapacitemos sobre esto.
PRIMERA VERSIÓN
Según su padre, Marta bajó a comprar un quemador de incienso con el que llenó toda la casa de olor a Semana Santa, y por la tarde quedó con Miguel, con quien había mantenido una relación.
Marta del Castillo, de 17 años, y Miguel, de 20, habían sido pareja durante poco más que un mes, hace ya dos años. Los padres de Marta, que desde el principio habían centrado sus sospechas en este joven, sostienen que la menor decidió dejarlo tras darse cuenta de que no era el chico adecuado para ella, porque tonteaba con otras chicas cuando estaba con ella.
Pero Miguel seguía frecuentando la pandilla de la adolescente y aquella relación tenía idas y venidas. La noche en que desapareció, Marta avisó a su madre de que bajaba con Miguel, de 20 años, a "resolver unos asuntos". Nunca volvió.
Entonces, el chico dijo que la había dejado en su portal de la barriada de Tartesos (cercana a la estación Santa Justa) sobre las 21.30 horas. La familia de Marta siempre miró con recelo al joven de pasado complicado (huérfano de madre, de padre alcohólico y con antecedentes por robo desde los 16 años). No les gustó su relación y cuando Marta desapareció sospecharon de él.
La detención de Miguel y sus cómplices había permitido reconstruir los pasos de Marta desde el portal de su casa. La chica acompañó a Miguel a su bloque, en el número 78 de la calle León XIII.
Miguel se había criado en esta casa y, siguió viviendo allí con su hermanastro Javier cuando su madre murió, hace ya tres años. Últimamente, sin embargo, pasaba los días en casa de Rocío, su novia de 14 años, que vivía con su familia en Camas, un pueblo a escasos kilómetros de Sevilla, al otro lado del Guadalquivir.
LA PELEA
Pero aquella noche, antes de volver a Camas, Miguel fue con Marta a su casa. Allí, comenzaron a discutir (supuestamente, porque ella le pidió que dejase a su novia). Los propios vecinos del bloque dijeron que oyeron gritos procedentes del bajo C. Los chillidos se transformaron en golpes. Miguel agarró el cenicero y golpeó a Marta con él.
Rocío (novia de Miguel)
Tras unos momentos de confusión Miguel bajó a la calle y llamó desde una cabina a Samuel Benítez, un amigo del barrio que también frecuentaba la pandilla de Marta, y al 'Cuco', el menor de 15 años. Había matado a Marta y no sabía cómo deshacerse del cadáver, les dijo. Miguel, Samuel, el 'Cuco' y el hermanastro de Miguel (Javier) coincidieron en la casa y allí decidieron envolver a Marta en una manta y tirar su cuerpo al río Gualdaquivir.
Tras unos momentos de confusión Miguel bajó a la calle y llamó desde una cabina a Samuel Benítez, un amigo del barrio que también frecuentaba la pandilla de Marta, y al 'Cuco', el menor de 15 años. Había matado a Marta y no sabía cómo deshacerse del cadáver, les dijo. Miguel, Samuel, el 'Cuco' y el hermanastro de Miguel (Javier) coincidieron en la casa y allí decidieron envolver a Marta en una manta y tirar su cuerpo al río Gualdaquivir.
Todos subieron el cuerpo de Marta en la parte de atrás de un Volkswagen blanco propiedad de la familia de Cuco. Samuel y el menor condujeron hasta un viejo puente cerca de la 'charca de la pava' mientras Miguel les seguía detrás con la moto. Después tiraron el cuerpo y se marcharon.
El asesino confeso a casa de su novia Rocío y Samuel y Cuco a Sevilla.
En el Guadalquivir se concentró entonces la búsqueda de Marta. La autopsia de su cadáver determinaría si la chica murió de aquel fatídico golpe que le asestó Miguel o seguía viva cuando él y Samuel la arrojaron al río.
Pero las labores en el río están resultaron "muy dificultosas", principalmente debido al "movimiento ascendente y descendente" de la marea que cada seis horas mueve las aguas del Guadalquivir, según el comisario jefe de la Brigada de Policía Judicial de Sevilla, Manuel Piedrabuena.
LA BÚSQUEDA
Durante semanas, la búsqueda de Marta no se concentró en el río, sino en las calles sevillanas.
Después de que sus padres denunciasen su desaparición, las farolas y pareces de la ciudad se llenaban de carteles con la foto de la chica bajo una leyenda: "Desaparecida". Según amigos de Marta, Miguel también participó en la pegada de carteles y Samuel instaba a la movilización a través de la red social Tuenti.
Justo cuando se cumplían tres semanas de la desaparición de la joven, Miguel y Samuel eran detenidos.

Marta y Samuel
Aunque el ex novio de Marta ya había sido interrogado en otras ocasiones, parece que esta vez la policía le señaló una prueba irrefutable de su implicación (puede que ropa manchada con sangre de Marta) y el chico se derrumbó y confesó. De paso, apuntó entonces a su amigo Samuel, que también confesó ante la policía, aunque posteriormente se desdijo ante el juez.
Como un castillo de naipes que se desmorona, las confesiones llevaron a su vez a las detenciones de Cuco y Javier.
SEGUNDA VERSIÓN
El lunes 16 toda la investigación dio un giro espectacular. Miguel solicitó comparecer de nuevo ante el juez, a quien dio una nueva versión de lo ocurrido. Según ésta, los implicados no se deshicieron del cuerpo de Marta lanzándolo al Guadalquivir, sino arrojándolo al interior de un contenedor cercano a la caso donde se cometió el crimen. (Coincidencia o no, el basurero a donde van a parar los contenedores de la zona se llama "Monte Marta")
Además, ésta vez Miguel apuntaba al 'Cuco' como autor material de la muerte de la joven, sin referencia alguna al supuesto cenicero que el asesino utilizó como arma. El padre de Marta del Castillo reaccionó de inmediato y aseguró que esta nueva versión respondía a una estrategia de los abogados de la defensa para que la condena, al tratarse de un menor, fuera más liviana. (Además, si era acusado de violación, el juicio no podría ser en presencia de un jurado popular, que, por la importante repercusión que el caso había tenido en los medios, era lo que más se temía Miguel)
Mientras tanto, el juez que instruye el caso sometió a algunos de los implicados a careos que poco o nada contribuyeron a esclarecer los hechos. Así las cosas, ordenó una nueva reconstrucción del crimen en la vivienda donde se cometió el crimen que duró cerca de cinco horas y en la que se utilizó la silla de ruedas (que perteneció a su madre, inválida) en la que trasladaron el cuerpo y un maniquí.
Más semanas de búsqueda en el basurero y el cuerpo no apareció.
ÚLTIMA VERSIÓN
Pero la misma noche de la, por el momento, última reconstrucción de los hechos, Miguel Carcaño volvió a modificar su versión de lo ocurrido. Según esta última declaración ante el juez, la noche de aquel sábado 24 de enero, su amigo el 'Cuco' no actuó solo para acabar con la vida de Marta. Antes de que el 'Cuco' la estrangulara, ambos la amenazaron con una navaja y la sometieron a abusos sexuales.
Esta versión se ha visto respaldada, por el momento, con la navaja que supuestamente utilizaron y que la policía ha encontrado en el lugar donde Miguel había declarado que la arrojó para deshacerse de ella, una alcantarilla en las inmediaciones de su casa. Los trabajos del operativo de búsqueda del cadáver en la planta de reciclaje de basura de Montemarta-Cónica, en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra, tampoco dieron resultados.
A estas alturas del caso, poca gente otorga ya ninguna fiabilidad a la palabra de los implicados.
MI VERSIÓN
"Mientras tendíamos la ropa Marta me dijo que tenía que dejar a Rocío; decía que tenía que volver con ella, que si no lo hacía iba a hablar con Rocío para decirle que estábamos liados. Al acabar de tender insistió. Me enfadé. Cogí un cenicero de cristal. Le di en la parte izquierda de la cabeza. Cayó al suelo. Solté el cenicero me arrodillé y empecé a llamarla, pero no respondía".
Así empieza la declaración a la policía de Miguel, asesino confeso de Marta del Castillo, según publica la revista 'Interviú'.
Han pasado 9 meses (Marta desapareció el 24 de enero) y el caso es que el cuerpo no aparece.
Ahora también está implicada María, la novia del hermano de Miguel. Ella asegura que estaba en la casa estudiando y después se fue a dormir, pero que no oyó nada y allí no fue nadie. Está demostrado que hubo gente en el piso, así que ella misma, manteniendo esa teoría, se ha inculpado.
María es una niña bien de Sevilla. Parece ser que esta pandilla era la típica de chicos malotes y guapos por las que todas las niñas bebían los vientos. Miguel (incluso ahora, que está acusado del asesnato con más seguimiento público de los últimos tiempos en España) recibe cartas de admiradoras en la cárcel.
Y aparece en escena otra persona: Rocío.
¿Quién es Rocío, esta niña menudita, de etnia gitana, con cara de no haber roto nunca un plato, 14 años, de quien se dijo que estaba embarazada cuando se mató a Marta, y que vivía junto a su madre con Miguel?
«Lo de mi hija y Miguel fue un flechazo. Miguel comenzó a trabajar en noviembre con mi marido, encargado de una empresa de limpieza. Un día lo trajo a casa a almorzar y al poco tiempo comenzó a salir con mi hija. Acepté que viniera a vivir a casa porque no quería que mi hija se fuera a vivir con él a la casa que tiene en León XIII. Yo soy muy confiada y lo acogí como a un hijo porque decía que era huérfano, que estaba muy solo y que comía siempre precocinados. Que quede claro que vivía en casa, pero no dormía en la misma cama que mi hija. Miguel dormía en un mueble-cama y mi hija Rocío en su cuarto con otra hermana», explicó Soledad.
Fue mi primer novio formal», relató Rocío, quien nos dejó para este reportaje la única imagen impresa que tenía de Miguel, una foto de carnet en cuyo reverso puede leerse:
«Rocío y Migue. 19-11-08. TKM (te quiero mucho) Princesa».
Miguel conoció a Marta en un paso de Semana Santa de 2007. Por lo visto, la vio con sus amigas entre la multitud y se quedó prendado de la serena belleza de la chica.
Sería para siempre. Miguel nunca olvidó a Marta y Marta nunca olvidó a Miguel.
Durante las tres semanas que el joven ha guardado silencio respecto al crimen, lo único que había trascendido es que la noche del 24 de enero, cuando desapareció Marta, ambos estuvieron juntos durante toda la tarde. Los dos estuvieron en Triana, donde conversaron con un amigo de Marta que se dedica a los bordados de la Semana Santa.
Los investigadores sospechaban que ambos podrían haber estado esa misma tarde con la actual novia del joven y que Miguel quisiera anunciarle a ésta que realmente quería a Marta.
«Yo sabía que Miguel había estado saliendo con Marta hace tiempo. Miguel chateaba con sus amigos y con Marta. A veces también hablaba con Marta por teléfono, pero yo siempre pensé que mantenían la amistad. ¿Qué si estaba celosa? Pues claro que sí»
La madre de Rocío confiesa que ella intuía que Miguel estaba siendo infiel a su hija «porque entraba a trabajar a las 4 de la madrugada en un bingo y salía a las 10 de la mañana. Sin embargo, llegaba a las tres de la tarde a casa y siempre decía que estaba con su hermano, arreglando papeles o limpiando su casa de León XIII».
«El día 24 de enero Miguel y yo discutimos —contó Rocío—. Sin embargo, llegó a las once menos diez de la noche y lo noté normal. No traía sangre en la ropa. Su teléfono no paró de sonar aquella noche. Le llamó su amigo Samuel, quien al parecer le ayudó a tirar el cadáver al río. También le llamó la madre de Marta y le escuché decirle que la había dejado en su casa a las 9,30 horas.
Desde que Marta desapareció, Miguel siempre reaccionó con una frialdad absoluta, como si la cosa no fuera con él».
El domingo 8 de febrero, Soledad echó de su casa a Miguel: «Le pedí a gritos que si sabía algo que fuera a la Policía. Le dije que no podía soportar más esta situación porque nosotros nunca hemos tenido problemas con la Ley. Le eché de casa ante las sospechas que tenía y por miedo a lo que pudiera pasar a mi hija».
Ahora asegura que Miguel les contó el crimen esa misma noche y que el cuerpo fue tirado al descampado que hay tras la casa. Este descampado se ha barrido pero no se ha encontrado nada.
Rocío ha declarado 10 veces ante la policía. En todas ellas ha cambiado la versión. Dice que recibió una llamada del hermano de Miguel amenazándola (que de momento no aparece) y que por eso no habló.
Miguel, en la cárcel, sólo recibe visitas de 2 personas: su abogado y Soledad, la madre de Rocío. (Por lo visto, la quiere como a una madre, pues ha sido la única persona que de verdad se ha preocupado por él desde que la suya muriera)
¿Por qué va Soledad a visitarle frecuentemente, si supuestamente el novio de su hija -con la que ni llevaba 3 meses- asesinó brutalmente a otra chica?
Aunque en un principio declaró que dormían en habitaciones separadas, la verdad es que dormían en la misma, en literas. Rocío dijo que Miguel le comentó el crimen a ella, a su madre y a su abuela. La madre lavó la chaqueta.
(Según Rocío, Miguel llegó con la misma llena de sangre, pero dijo que se había caído de la moto,,,después rompió a llorar, le pidió perdón y se lo contó todo)
Y se fueron a dormir tranquilamente. A las 4 de la mañana (obviamente, dice esa hora porque era cuando Miguel siempre empezaba a trabajar) ella escuchó la litera de Miguel y se despertó.
-¿Dónde vas, Miguel?
-A destruir pruebas.
-¿Y dónde está Marta?
-Ahí detrás.
LO QUE MIGUEL LE CUENTA A SU COMPAÑERO DE CELDA
Ahora circula una nueva versión sobre el asesinato de Marta.
Una mujer, familiar de un preso que ha hecho amistad con Carcaño, asegura que antes del verano el presunto asesino contó que aquel sábado, 24 de enero, estuvo toda la tarde con Marta, callejeando por Sevilla pero evitando lugares conocidos para que no le vieran con ella, no quería que su novia Rocío se enterase. Por la noche fueron al piso.
Miguel y Marta querían volver y habían quedado allí aquella tarde para ver cómo se lo decían a Rocío.
Al poco tiempo llegaron su novia y la madre, alguien les había informado de que Marta y él habían salido juntos y venían a pegarle. Allí se encontraron a la joven en la habitación de Miguel, y la sacaron a la fuerza hasta el salón donde le dieron una tremenda paliza.
Miguel asegura que María, la novia de su hermano, estaba allí, pero no hizo nada para defender a Marta.
Cuando el padre de Marta fue a buscarla, se encontró las persianas bajadas y la luz apagada.
Pero Marta estaba allí, desnuda (le habían arrancado la ropa) y tendida en el suelo sobre un gran charco de sangre. Y todavía viva.
Su padre subió un poco las persianas pero al no ver luz se fue, porque era tarde y no quería molestar.
(Esto coincide con el charco de sangre del que hablaba Rocío y, sobretodo, con los gritos que dicen que oyeron los vecinos)
Yo creo que de las distintas teorías, ésta es la única que tiene sentido. Y estoy segura que la policía piensa lo mismo.
Porque....
¿De verdad Miguel mató a Marta, a quien siempre había querido, porque ella le dijo que dejara a su novia?
¿Es normal que tu novio te cuente que acaba de asesinar a su ex y te vayas a dormir en una litera bajo su cama?
Y, lo más importante...¿dónde demonios está Marta?
Sólo con el tiempo lo sabremos.

Declaración de la familiar del preso amigo de Miguel en vídeo:
http://www.mitele.telecinco.es/programas/rojo-negro/89445.shtml?p=27